Calcante fue un griego que plantó una viña en el bosque sagrado de Apolo en la Eólide.
Un profeta aborigen predice que Calcante nunca llegará a beber el vino fruto de la viña cultivada en el bosque sagrado.
La viña crece y da fruto, que finalmente se elabora y, en el momento del vino nuevo, Calcante invita a sus vecino así como al profeta a un flagrante desafío.
Una vez escanciado el vaso, Calcante se dispone a beber de su contenido, mientras que el profeta insiste una y otra vez en que no llegará a beberlo.
Cascante descreído, tiene un acceso de risa hacia el profeta, que acaba ahogándolo, sin haber podido llegar a beber el vino, como había predicho el profeta.
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